miércoles, 28 de noviembre de 2007

“La clave de la medicina del siglo XXI será el vínculo entre el cuerpo y el espíritu”

“No se puede separar el estado físico del estado mental”, declara el psiquiatra David Servan-Schreiber en esta entrevista
La clave de la medicina del siglo XXI será el vínculo entre el cuerpo y el espíritu, según el psiquiatra francés David Servan-Schreiber, para quien es necesario tratar bien al cuerpo y tratarlo en profundidad para que nos permita seguir viviendo. Esta sabiduría está siendo recuperada por la medicina porque la ciencia demuestra que esto funciona. Por eso es posible curar la ansiedad y la depresión sin medicamentos. Coherencia cardiaca, movimiento de los ojos, el amanecer, la acupuntura, los Omega-3, el deporte y la comunicación emocional, son los nuevos senderos de la medicina. Los medicamentos quedan como último recurso. Por Catherine Dubé.


David Servan Schreiber. Foto: Br-online
Sentada confortablemente delante del médico y psiquiatra francés David Servan-Schreiber, respiro profundamente dejando desfilar bajo mis párpados recuerdos agradables. Un pequeño captor registra mis movimientos cardiacos, cuyo ritmo, cada vez más caótico, aparece en la pantalla del ordenador portátil situado delante de nosotros. ¿Debo inquietarme por estos sobresaltos?

El ritmo cardiaco varía constantemente, es normal porque el cuerpo se adapta a los acontecimientos y las emociones a cada momento. Eso se llama la variabilidad cardiaca , me tranquiliza el doctor. Después de unos minutos de este ejercicio de respiración que parece de yoga, mi ritmo cardiaco se vuelve “coherente”. Sobre la pantalla, una línea de curvas regulares ha sustituido el caos anterior. Interesante...

En el best-seller del médico, “Curación emocional”, en el que se explica cómo curar el estrés, la ansiedad y la depresión sin medicamentos ni psicoanálisis, esta técnica de “coherencia cardiaca” es presentada como una manera de curar el cuerpo y el alma, tal como lo hace la acupuntura, el ejercicio físico y el consumo de Omega-3.

Traducido y lanzado en más de 20 países, este libre conoce un gran éxito después de su publicación en 2003. Sin duda porque los métodos preconizados son simples y porque el hombre es creíble. Ha seguido una carrera clínica en Pittsburg y en la Facultad de Medicina de Lyon. Su obra desborda referencias de estudios científicos. Recientemente, su autor estuvo en Montreal para asistir a un congreso internacional sobre una de las técnicas que utilizad para tratar los traumatismos psicológicos, la EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing). Fue el momento en el que se realizó esta entrevista.


¿Qué es lo que le ha llevado a interesarse por técnicas más próximas a las medicinas alternativas que a las de la medicina occidental?

Fue durante un viaje a La India, durante el cual trabajé con refugiados tibetanos, en Dharamsala. Allí descubrí que la medicina tradicional tibetana, basada en la acupuntura y las plantas, funcionaba muy bien en estos refugiados. Constaté entonces que muchos estudios científicos habían demostrado ya su eficacia. También tengo una amiga de la infancia, aquejada de depresión, que rechazó los medicamentos propuestos por su médico. Se curó finalmente por un método no convencional, una especie de hipnosis, que yo había aprendido a despreciar en mis tiempos de estudiante. Estaba desconcertado porque si ella hubiera acudido a mí, sólo le habría recetado Prozac. Me di cuenta de que estaba a punto de descubrir algo.


La mayor parte de los métodos que usted presenta en su libro son tan antiguas como el mundo: consumo de aceite de pescado, el ejercicio, levantarse con el Sol... ¿Es que hemos olvidado estos conocimientos?

La medicina ha dado un mal paso con los antibióticos, el mayor descubrimiento médico de todos los tiempos. Estos medicamentos son fantásticos, ya que funcionan independientemente de la condición física del paciente, su alimentación, su cronobiología o sus relaciones afectivas. Y se ha creído que todo el resto de la medicina moderna debía funcionar de la misma forma. Pero no es así. Cuando alguien padece una enfermedad cardiaca, se realizan intervenciones muy sofisticadas que retiran los obstáculos de las arterias, pero eso no cambia en nada la enfermedad cardiaca. Se ha creído que porque se podían curar las crisis agudas, se conocía todo sobre la medicina. Pero no es así. Hace falta tratar bien al cuerpo y tratarlo en profundidad para que nos permita seguir viviendo. Esta sabiduría se está recuperando. Y lo novedoso es que ahora tenemos a la ciencia para demostrar que esto funciona.


¿Acaso todas las medicinas alternativas tienen algo que aportarnos?

Hay muchas medicinas dulces sobre las que no hablo, como la homeopatía, porque no estoy convencido de su eficacia. Yo sólo utilizo métodos validados por resultados científicos. No he llegado a la medicina alternativa por un rechazo de la ciencia. He pasado veinte años estudiando la medicina y las ciencias neurocognitivas, a enseñarlas, a dirigir un centro de investigación en Estados Unidos. Esta es mi cultura. Sin embargo, me he dado cuenta de que hay técnicas tradicionales que funcionan muy bien, pero de las que no se habla simplemente porque no hay intereses económicos detrás. No hay patentes para los Omega-3, la respiración, las agujas de acupuntura. Nadie está interesado en promocionarlas. No estoy a favor ni en contra de las medicinas alternativas. Estoy a favor de la medicina que funciona, con los menores efectos secundarios posibles. ¡Todos los médicos buscamos esto!



Cada vez se comprende major como funciona la acupuntura, favoreciendo por ejemplo la secreción de endorfinas, un analgésico natural. La medicina occidental rechaza sin embargo cree en los meridianos y en el Qi (flujo de energía). ¿Cree usted en ellos?

Yo creo en la homeostasis, un concepto de la medicina occidental según el cual existen mecanismos de retorno al equilibrio cuando las funciones psicológicas de alejan del punto de equilibrio. Para que el organismo alcance este estado, hace falta que cada órgano funcione en una “zona” determinada. Un ejemplo, los riñones filtran la sangre, pero si el sodio que queda está demasiado concentrado o demasiado diluido, entonces nada funciona. Entonces, para que los riñones hagan bien esta tarea, es preciso que todos los demás órganos y glándulas del organismo funcionen bien, el páncreas, el intestino, el hipotálamo, etc. Esto es la homeostasis. Pero ¡el Qi es lo mismo! Es una energía que regula el conjunto de las funciones, cada órgano depende de ella y contribuye a ella. Hablar de Qi es decir que no se puede resumir la salud a la función de un órgano. No hay un científico que niegue esto. Los occidentales creen que inventaron algo con el concepto de homeostasis, pero no hay nada nuevo respecto a la función energética de la que hablan los chinos desde hace 5.000 años.


Según usted, los psicólogos y psiquiatras se equivocan al pretender curar los males del alma a través del lenguaje. ¿Por qué?

El ser humano posee dos cerebros: un cerebro cognitivo y racional en la superficie (¿el cortex?) y un cerebro emocional, más profundo, el sistema límbico. El cerebro cognitivo es la sede del pensamiento y del lenguaje, mientras que el cerebro emocional es la sede de las emociones y controla la sicología del cuerpo: el ritmo cardiaco, la tensión arterial, el apetito, el sueño, la libido e incluso el sistema inmunitario. Para curar la depresión y la ansiedad es más fácil entrar en comunicación con el cerebro emocional a través del cuerpo, en vez de por el lenguaje y el pensamiento.

Foto: Br-online

Hablar, confiarse, ¿es útil en la terapia? ¿Practica usted el psicoanálisis basado en el relato de la vida?


Practico todavía algunas formas de psicoterapias. Pienso que el lenguaje es particularmente apropiado para la gestión de las relaciones afectivas. Hay que enseñar a la gente a hablarse. Pero el psicoanálisis lo he dejado de lado porque se pierde en el lenguaje. No estoy en contra del psicoanálisis, pero es preciso enseñar a batirse sobre el cuerpo. Creo que la clave de la medicina del siglo XXI será este vínculo entre el cuerpo y el espíritu. No se puede separar el estado físico del estado mental.


Usted utiliza todavía los medicamentos. ¿Deberían constituir únicamente un último recurso?

No deberían ser en cualquier caso el primer recurso. Y No soy el único que lo dice. El National Institute for Clinical Excellence, un destacado organismo del ministerio británico de la Salud, ha publicado un informe en el que afirma que los medicamentos no deberían ser nunca el primer tratamiento para la depresión.


Sin embargo, es lo más corriente

Efectivamente, es una mala práctica médica. De la misma forma que no se utilizan los esteroides como primer recurso en el tratamiento de las enfermedades de la piel. No se podría practicar la medicina sin esteroides, pero hay que utilizarlos de manera racional.


La integración neuro-emocional por los movimientos oculares (EMDR) es una terapia que permite curar traumatismos del pasado imitando los movimientos de los ojos que tienen lugar espontáneamente durante el sueño. Sin embargo, no existe unanimidad al respecto entre los psiquiatras...

Es verdad que el EMDR es polémico. Cuando se dice que el hecho de mover los ojos va a cambiar algo en la vida de la gente que ha sufrido grandes traumas como violaciones, la pérdida de un niño o un genocidio, eso parece imposible. La idea me parecía totalmente ridícula al principio. Pero ya hay 16 estudios controlados que demuestran que esto funciona después de algunas sesiones de EMDR. Es tan delirante como eficaz.


¿Cómo funciona?

No se sabe muy bien. Cuando hay una emoción muy fuerte unida a un traumatismo pasado, o bien no se puede pensar en ella porque se siente uno muy mal, o bien se está abatido por ella. La clave está en poder observar la emoción sin dejarse hundir en ella. Eso es lo que permite EMDR. La otra hipótesis es que la técnica activaría el mecanismo de reorganización de la información que tiene lugar durante el sueño. La emoción unida al traumatismo sería así finalmente redirigida.


Los siete métodos de David Servan-Schreiber

1. La coherencia cardiaca. El ritmo cardiaco varía constantemente, lo que es normal porque el cuerpo se adapta a cada momento a los acontecimientos y las emociones. Mediante un ejercicio de respiración parecido al yoga, se puede inducir coherencia en esta variabilidad originalmente caótica. Un estado que sería benéfico no sólo para la salud física (mejor inmunidad, longevidad, salud cardiaca) sino también para la salud moral (mejor gestión del estrés y de las emociones negativas).

2. La integración neuro-emocional por los movimientos oculares (EMDR). Imitando los movimientos de los ojos que tienen lugar espontáneamente durante el sueño, la terapia EMDR permitiría al cerebro digerir rápidamente los residuos de los traumatismos del pasado, de la misma forma que se digieren los acontecimientos del día durante el sueño.

3. La simulación del amanecer. El cerebro emocional es muy sensible a los diferentes ritmos biológicos. Gracias a una lámpara que simula la aparición progresiva del amanecer, es posible despertarse despejado, un tratamiento eficaz para los días nublados, particularmente los de invierno.

4. La acupuntura. Los chinos curan la depresión mediante la acupuntura desde hace 5.000 años. Las técnicas de imaginería moderna demuestram que esta técnica tiene un efecto real sobre el cerebro.

5. Los Omega-3. Más de la mitad del cerebro está constituida por ácidos grasos. Consumir ácidos grasos Omega-3, presentes sobre todo en los aceites de pescado, mejora su funcionamiento y estabiliza el humor.

6. El deporte. El ejercicio físico tiene poderosos efectos sobre los neurotransmisores del cerebro. Según numerosos estudios, el ejercicio es tan efectivo como un antidepresivo.

7. La comunicación emocional. Las relaciones afectivas regulan las emociones y en consecuencia toda la psicología del cuerpo. El amor es una necesidad biológica, como lo es el alimento o la protección contra el frío. Ocuparse de los demás (incluso de un animal) mejora el humor y la respuesta al estrés.

miércoles, 25 de julio de 2007

Región central del cerebro identificada con el efecto placebo

Los investigadores han identificado una región central del cerebro como la maquinaria del efecto placebo — el fenómeno a menudo controvertido en el que la creencia de la persona en la eficacia de un tratamiento tal como una medicina analgésica influye sobre su efecto.

Los investigadores dijeron que sus hallazgos en sujetos humanos ofrecen el potencial de medir el efecto placebo e incluso modularlo para propósitos terapéuticos. También dijeron que sus hallazgos podrían permitir medidas de la función cerebral que “ayudarían a determinar disfunciones en los mecanismos cerebrales que podrían perjudicar la recuperación mediante un número de condiciones”.

Jon-Kar Zubieta y sus colegas publicaron sus descubrimientos en el ejemplar del 19 de julio de 2007 de la revista Neuron, publicada por Cell Press.

Sus estudios se concentraron en un área del cerebro conocida como núcleo accumbens (NAC), una región profunda del cerebro, que se sabe que desempeña un papel en la espera de una recompensa. Estudios anteriores han indicado un papel del NAC en el efecto placebo, pero la naturaleza del mismo es desconocida, dicen los investigadores.

En sus experimentos, los investigadores dijeron a los voluntarios que se iba a investigar el efecto de un nuevo analgésico y que los sujetos recibirían la medicina o un placebo. Sin embargo, en los experimentos, los investigadores dieron sólo una inyección de placebo con una solución salina. Los experimentos involucraban preguntar a los sujetos para estimar sus expectativas sobre los efectos analgésicos de la “medicina” y también el nivel de dolor con o sin la “medicina” que sintieron a partir de una inyección de dolor moderado de una solución salina en el músculo de la mandíbula.

En un conjunto de experimentos, los investigadores usaron una técnica de escaneo por rastreo molecular conocida como Espectroscopía por Emisión de Positrones para medir las liberaciones del neurotransmisor dopamina desde el NAC — un disparador químico cerebral en respuesta a la recompensa. Encontraron que cuanta mayor expectación del sujeto al beneficio analgésico del placebo, mayor cantidad de dopamina liberada desde el NAC. También, los sujetos que informaron de un mayor alivio del placebo cuando experimentaron dolor mostraron mayor actividad del NAC cuando recibieron el placebo antes del dolor.

En experimentos separados, los investigadores estudiaron si la activación del NAC de los sujetos durante el proceso de recompensa está correlacionado con la magnitud del efecto placebo. Dijeron a los sujetos que recibirían recompensas monetarias de distintas cantidades, cuando sus cerebros estaban siendo escaneados usando una Cámara de Resonancia Magnética Funcional. Los investigadores hallaron que la gente que mostraba mayor activación del NAC durante este tarea de espera de recompensa también mostraban una mayor expectación a la efectividad del placebo.

Los investigadores conlcuyeron que “Estos hallazgos son consistentes con la hipótesis de que este sistema está involucrado en la codificación del “valor incentivo” del placebo, posiblemente actuando como una puerta de sistema permisivo para la formación de efectos placebo”.

Escribieron que “El efecto placebo surge entonces como un mecanismo de resistencia con amplias implicaciones que, dada su activación de circuitos y mecanismos específicos, pueden ser examinados y modulados para propósitos terapéuticos”.

martes, 24 de julio de 2007

El pescado ahumado, a debate

Antiguamente, el pescado se ahumaba para conseguir alargar su vida útil, del mismo modo que muchos otros alimentos como las carnes y los quesos. El ahumado era entonces simplemente un método de conservación de alimentos. Con el paso del tiempo este proceso se comenzó a aplicar a los alimentos, más que por su capacidad conservadora, por las particulares características organolépticas que aporta a los alimentos.

Proceso de ahumado del pescado

Dentro de los pescados que se someten a un proceso de ahumado, el salmón es la especie más conocida y la que antes nos viene a la cabeza cuando se habla de este tipo de productos. Sin embargo, existen otras especies que sirven igualmente para ser ahumadas, obteniéndose también características de aroma y sabor muy satisfactorias como es el caso del bacalao, el atún, la trucha o las sardinas.

Los pescados que van a ser ahumados son previamente salados, por lo que su conservación se debe tanto a la incorporación de sal en este proceso, como a los componentes del humo con efecto conservante y a la desecación que sufre durante el ahumado.

Antiguamente se llevaba a cabo un ahumado tradicional en el que sólo se controlaba la cantidad de madera que se quemaba y el tiempo que el pescado permanecía en contacto con el humo, y aunque este tipo de ahumado clásico también se emplea en la actualidad, lo más común es que el ahumado tenga lugar en túneles donde se controla la dirección del humo, la temperatura y la humedad. El hecho de que exista un control de la temperatura es importante, debido a que cuando se sobrepasan los 400 ºC en la combustión de la madera, aparecen hidrocarburos aromáticos policíclicos, algunos de ellos potencialmente cancerígenos, como es el caso del benzopireno. Hoy en día, el ahumado puede llevarse a cabo tanto por combustión directa de la madera, como mediante la utilización de preparados de humo que se obtienen tras destilar la madera y condensar dichos humos.

Consecuencias del ahumado en el pescado

Desde el punto de vista nutricional los pescados ahumados conservan prácticamente todos los nutrientes presentes en el pescado sin ahumar, a excepción del contenido proteico, ya que tiene lugar una desnaturalización de proteínas por el calor (a no ser que el ahumado se lleve a cabo en frío, a menos de 30 ºC). Además, las enzimas proteolíticas propias del pescado degradan las proteínas. Esta desnaturalización y degradación proteica tiene un efecto beneficioso sobre la textura del pescado ya que hace que la carne se ablande.

En cuanto al aroma y sabor del pescado, tanto los componentes del humo, como la sal y los procesos de desnaturalización de proteínas, hacen que el pescado ahumado adquiera unas particulares características, y consiguen también que presente un brillo muy atractivo.

Sobre la relación que existe entre el consumo de pescado ahumado y productos ahumados en general con la salud, conviene saber que si no se superan los 400 ºC de temperatura en la combustión de la madera, no aparecen hidrocarburos aromáticos policíclicos, o que si por ejemplo se utilizan condensados de humo, estas sustancias tampoco están presentes, ya que estos condensados contienen los compuestos aromáticos pero no los nocivos. Sin embargo, estos compuestos sí pueden aparecer si se cocina un pescado fresco a la brasa, ya que si se trata de un pescado graso, esta grasa cae en la llama inflamándose y dando lugar a humos que sí contienen compuestos potencialmente cancerígenos. No obstante, conviene saber que el pescado ahumado contiene unas sustancias denominadas nitrosaminas con efecto cancerígeno, por lo que no conviene abusar del consumo de este tipo de productos.

miércoles, 18 de julio de 2007

La Lecitina de Soja, complemento nutritivo y dietético

La lecitina de soja es uno de los complementos dietéticos en que parece darse un consenso cada vez mayor, no sólo entre las medicinas naturales o complementarias, también cada vez más médicos y personal sanitario reconoce sus propiedades. Especialmente se admite, ya de manera casi unánime, que la lecitina regula la tasa de colesterol en sangre y reduce el riesgo de su acumulación sobre las paredes arteriales.

La lecitina de soja es un complejo natural de fosfolípidos, uno de los grupos de sustancias orgánicas naturales con más incidencia fisiológica y metabólica, presentes en las semillas de soja y en numerosas estructuras biológicas del organismo humano (membranas celulares, cerebro, sistema nervioso, células en proceso de desarrollo o reproducción, espermatozoides, ...). La lecitina se obtiene a partir del aceite extraído de los granos de soja, planta leguminosa originaria de Oriente aunque en la actualidad se cultiva extensamente en Europa y América.

La lecitina no es una vitamina pero, en afirmación de Iona Purtí, "contiene componentes a los que puede atribuirse una especie de efecto vitamina. Estos elementos son los ácidos esenciales".

Los ácidos grasos esenciales de la lecitina facilitan la solubilización y el transporte del colesterol, la fosfatidilcolina reduce la absorción intestinal y estimula la capacidad del organismo para eliminarlo. Parece tener, además, una acción selectiva sobre las lipoproteínas que transportan el colesterol en la sangre: reduce los niveles altos de las lipoproteínas LDL a la vez que eleva el nivel de las lipoproteínas HDL, que propician la eliminación del exceso de colesterol celular.

Además de esta función básica, son reseñables otras propiedades de la lecitina de soja. Facilita una digestión de las grasas más rápida y completa, así como su absorción intestinal. Al emulsionarlas, favorece la movilización de los depósitos de grasa acumulados en los tejidos. Ayuda también a la digestión y absorción de las vitaminas liposolubles (A, D, E, K) y de los lípidos. Contribuye a la salud y belleza de la piel, por mantenerla elástica e hidratada.

La lecitina mantiene la buena transmisión de los impulsos nerviosos, por lo que se valora como reconstituyente para el sistema nervioso, y para ayudar a mejorar la memoria y el rendimiento intelectual. La fosfatidilcolina de la lecitina, importante en la formación y mantenimiento de neurotransmisores cerebrales entre las neuronas, ejerce una importante acción sobre cada una de las etapas de la memoria y la actividad mental. Proporciona fósforo orgánico de un modo natural y en una forma directamente asimilable, lo que asimismo facilita el trabajo intelectual.

Los fosfolípidos de la lecitina protegen la membrana de las células hepáticas, previenen la acumulación de grasa en el hígado y le resguardan de trastornos relacionados con abusos (de bebidas alcohólicas, tabaco, grasas, fármacos).

Los minerales altamente biodisponibles presentes en la lecitina (calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, sodio, y trazas de selenio, zinc, estroncio y cobre) hacen recomendable su utilización alimenticia y complementaria en la prevención de accidentes vasculares y reducción del riesgo de formación de trombos.

La vitamina E que la lecitina de soja contiene, le confiere propiedades antioxidantes, que protege tanto a los ácidos grasos poliinsaturados, al evitar su oxidación y la producción de radicales libres, como en general a las células del organismo. Por estimular la división celular de los tejidos, se atribuye a la lecitina de soja, por último, la renovación de los tejidos y la regeneración de las células.

Para resumir, las propiedades de la lecitina de soja hacen apropiado su uso en regímenes de adelgazamiento ya que ayuda a movilizar los depósitos de grasas en el organismo, para facilitar la digestión ya que acelera y mejora la absorción intestinal, para proteger el hígado, disminuir el nivel de colesterol y facilitar la circulación sanguínea, mejorar el rendimiento intelectual y la capacidad de memoria.

La lecitina de soja se emplea también como aditivo en la elaboración de mahonesa, chocolates y bollería. La industria alimentaria aprovecha las numerosas propiedades de la lecitina, entre ellas la de reducir o evitar la alteración de las grasas por ser un excelente antioxidante natural y un emulsionante que mejora la digestibilidad de la grasa y refuerza el sabor. En la industria smética la lecitina se utiliza también como sustancia emulsionante y antioxidante, y para aumentar la estabilidad del cosmético, humidificarle y asegurar la repartición homogénea de las grasas.

SOJA: LA PROTEÍNA VEGETAL
La soja es una legumbre rica en minerales, vitaminas y carbohidratos, muy energética y con un contenido en proteínas excepcionalmente alto (un 36% de proteínas de gran calidad, más que cualquier otro alimento animal o vegetal), además de los 8 aminoácidos esenciales. Destaca su riqueza en potasio y fósforo, calcio y magnesio, hierro y flúor, así como en las vitaminas A y E y el complejo B. Es muy alto su contenido en ácido fólico, al igual que en vitamina K y en níquel. También es relevante el contenido en trazas de yodo, zinc, cobre, manganeso y selenio.

Para el equipo de la revista Cuerpomente: "Las proteínas de la soja no tienen nada que envidiar a las de la carne, y además carecen de colesterol. Recientemente se ha demostrado que algunos de sus productos derivados (tempeh, miso, salsa de soja) previenen el cáncer y pueden contribuir más a la salud con sus enzimas y otros componentes no nutritivos que con sus valiosas proteínas, vitaminas y minerales".

La soja adquiere reconocimiento en los últimos años en nuestra cultura por su riqueza en proteínas, si bien en Asia su utilización alimentaria es cotidiana y multisecular. La distribución de aminoácidos en la soja es similar a la de las proteínas animales y su porcentaje de aprovechamiento de proteínas es de 61% (el de la carne es de 67%). Sus derivados son ricos en hierro, potasio y fósforo fácilmente asimilable. La soja contiene el doble de calcio que los huevos y diez veces más que la carne. Posee una gran cantidad de vitaminas del grupo B, dos veces más riboflavina que los huevos. El aceite de soja contiene lecitina y también es rico en vitaminas E y K.

Soja en la cocina
La soja puede usarse con profusión en la cocina casera en forma de polvo, aceite, semillas germinadas, o gránulos y harina fáciles de añadir a toda clase de alimentos para aumentar su valor nutritivo. Los alimentos a base de soja son bajos en calorías y no contienen colesterol ni casi ninguna de las grasas saturadas tan abundantes en la mayoría de las carnes animales. Son numerosos los alimentos elaborados fundamentalmente a base de soja, entre ellos:

Leche de soja: bebida nutritiva y con buen sabor, sustituto ideal de la leche de vaca para los niños y adultos que no toleran su lactosa, posee la mitad de grasas y su contenido calórico es muy inferior.
Miso: pasta de soja fermentada sola o con cereales. La combinación de las proteínas de la soja con las del arroz o cebada origina una mayor concentración de aminoácidos complementarios y su mejor asimilación. El miso ayuda a la digestión y asimilación de otros alimentos gracias a cuatro agentes digestivos (enzimas naturales, lactobacilos, levaduras resistentes a sal y mohos, otros microorganismos), es muy bajo en calorías y tiene altas dosis de vitamina B12. Alcaliniza la sangre, por lo que desempeña un papel en la resistencia del cuerpo a diversas afecciones. Se ha demostrado que el miso ayuda a eliminar los residuos de nicotina y de polución ambiental.
Tamari:salsa de soja fermentada con sal y agua. Se utiliza para añadir sabor y diversos nutrientes a sopas, ensaladas, arroz, verduras, etc.

Tamari-shoyu: salsa de soja obtenida por fermentación de granos de soja enteros, granos de trigo integral, sal y agua. La elaboración con trigo y soja le proporciona una equilibrada gama de aminoácidos y proteínas, por lo que es recomendable su uso diario, en pequeñas cantidades, como condimento de verduras, cereales, etc.

Tempeh:sucedáneo de la carne, alimento fermentado a partir de soja blanca. Constituye una importante fuente de vitamina B12 de origen vegetal, junto a las algas y demás fermentados de la soja.

Tofu: queso de soja muy nutritivo y de buen sabor, aporte de proteína pura perfectamente asimilable. Se obtiene a partir de la leche de soja cuajada y escurrida. Puede tomarse hervido, estofado, etc., y ser plato principal, postre, aperitivo, o un ingrediente de sopas, ensaladas, salsas o bocadillos.

FITOESTRÓGENOS E ISOFLAVONAS DE LA SOJA
Las sustancias estrogénicas vegetales o fitoestrógenos se hallan en numerosas plantas tradicionalmente usadas por sus propiedades medicinales (dong quai, regaliz, sauzgatillo o agnocasto, zarzaparrilla, ...) y en otras plantas como la soja.

Según Mikel García Iturrioz, especialista en nutrición y terapias naturales, los fitoestrógenos "Pueden constituir alternativas adecuadas a los estrógenos en la prevención de la osteoporosis de las mujeres postmenopáusicas. Se suele administrar estrógenos a este grupo de la población para intentar aliviar los sofocos, las náuseas, la pérdida de masa ósea y otros síntomas de la reducción del nivel natural de hormonas en el organismo. Aunque resultan efectivos en general, pueden plantear riesgos considerables para la salud -aumento de la propensión a padecer cáncer, enfermedades de la vesícula biliar y trastornos tromboembólicos. Los fitoestrógenos no se han asociado con estos efectos secundarios".

Los estudios epidemiológicos muestran que la incidencia de síntomas hormono-dependientes (regulación del ciclo menstrual, cáncer de mama, próstata y útero, enfermedades cardiovasculares, osteoporosis) es menor en las poblaciones con dietas ricas en fitoestrógenos.

“La soja", en opinión de García Iturrioz, "contiene altas cantidades de algunos de los fitoestrógenos más ampliamente estudiados, que provienen de sus isoflavonas". Entre las acciones demostradas del extracto de isoflavonas de soja, se refirió a la regulación de estrógenos ("Las isoflavonas se parecen a los estrógenos, con los que compite y a los que bloquea para evitar su unión a las células, ... Cuando el cuerpo no produce suficiente estrógeno, como en las mujeres menopáusicas y postmenopáusicas, el aporte fitoestrogénico por medio de las isoflavonas de la soja aporta una actividad estrogénica mínima respecto a la actividad del estrógeno, por lo que puede servir como un aporte suave sin los efectos secundarios de la terapia hormonal sustitutiva"), beneficios cardiovasculares ("Las isoflavonas disminuyen los niveles de colesterol total y de LDL-colesterol e impiden la oxidación de éste por los radicales libres, reducen la agregación plaquetaria e inhiben la formación de ateromas, y tienen efecto vasodilatador por su actividad estrogénica") e inhibición de los procesos mutagénicos ("Las isoflavonas de la soja, entre otros mecanismos, inhiben la angiogénesis o proliferación de vasos sanguíneos, necesarios para la alimentación del cáncer").

domingo, 8 de julio de 2007

EL QI GONG O CHI KUNG

EL QI GONG O CHI KUNG


En chino, Qi Gong significa " control de la energía, disciplina de la energia.
El Qi gong es entonces la gimnasia energética china. Esta ayuda, a través de la filosofía Taoísta, a restaurar, tonificar, vitalizar todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. El qi gong hace parte de la medicina tradicional china desde hace al menos 2000 años.

Su practica esta fundada en 3 principios :
- El control del movimiento, que debe ser natural, lento y tranquilo,
- El control de la respiración, que debe ser lento y sincronizado con los gestos,
- El control del pensamiento, que dirige el Chi, la respiración, el aliento al interior del cuerpo.

La red energética del Chi en nuestro cuerpo es el mismo que en acupuntura. Por esto es necesario conocer muy bien esta red de circulación para una practica personal correcta del qi gong .

Esta gimnasia esta echa de diferentes movimientos realizados en " cámara lenta ", sin esfuerzos musculares, sin aceleraciones del corazón o la respiración. Al contrario, la respiración se disminuye. El qi gong ni es solamente movimientos, sino también posiciones del cuerpo (parados o inmóviles) o posiciones sentadas para ejercicio de relajación o visualización.

La practica del qi gong procura una relajación del cuerpo, por que los movimientos son lentos, distendidos y ágiles. Esta relajación se profundiza con la respiración que disminuye. En ese estado, se siente el interior del cuerpo y se comunica al exterior, con la naturaleza. los ejercicios energéticos se pueden practicar :

- Al aire libre con el fin de ofrecer una capacidad máxima de oxigenación del cuerpo en un ambiente de vegetación y naturaleza,
- En grupo para mejor aprovechar las interacciones dinámicas entre los participantes,
- A toda edad, desde los niños hasta los ancianos, pues los movimientos son suaves.

En los Niños : el qi gong va sobretodo desarrollar el esquema corporal y el control del cuerpo, mejorar su atención y el aprendizaje de la concentración.

En los deportistas : El qi gong refuerza la capacidad de resistencia, permite un mejor control de los actos técnicos para visualizar con mas intensidad los resultados, tonifica las estructuras osteo-articulares, da potencia en el esfuerzo muscular intenso y breve. A demás aumenta la capacidad de concentración y sirve a visualizar los actos perfectos o técnicos de calidad en el atleta.

En el adulto : El qi gong ayuda a mejorar la flexibilidad del cuerpo, a relajarse, a manejar el estrés. Permite un equilibrio psicosomático. El objetivo es de alcanzar una sensación de bienestar y vitalidad.

En los ancianos : El qi gong ayuda a conservar o a recuperar una cierta flexibilidad y ayuda a entretener la memoria.

Qi gong pronunciado chi gung o Chi kung es parte de la medicina china. Se le usa como una forma de prevención y como parte de tratamientos a enfermedades. El Qi gong tienen efecto físico y mental. En la actualidad se le ha incorporado a algunas prácticas de artes marciales.

Hay varias formas de Qi Gong en la actualidad. Todas envuelven la práctica de ejercicios. Se basa en los principios de la medicina china especialmente en el qi o ki pronunciado Chi. El Qi es una forma de energía que se mueve en nuestro cuerpo. Esta energía es parte integral del cuerpo e indispensable para la salud. Según la medicina china cuando hay estancamientos de Qi hay enfermedades y ayudando a que el Qi se mueva libremente estamos promoviendo la salud. El Qi gong ayuda a que el Chi se mueva ayudando a deshacer los estancamientos.

Algunas personas en tratamientos de medicina china o acupuntura practican Qi gong como parte de su tratamiento pero todos podemos beneficiarnos de el. Los movimientos de Qi gong son fáciles y despaciosos, por lo que casi todas las personas pueden practicarlos.

Los ejercicios de Qi gong son parecidos a los de su pariente el Tai Chi. En algunos casos quienes practican Qi gong los mezclan. Millones de personas practican Qi gong alrededor del mundo pero especialmente en China es muy popular y se le practica en parques o lugares públicos.

sábado, 30 de junio de 2007

El Qi y la medicina china

El o ki es el término empleado para referirse a la bioenergía o energía biológica según la tradición de China y otros países de Extremo Oriente (Japón, Corea). De acuerdo a la medicina tradicional china, el es una energía que fluye naturalmente por la Naturaleza, y la interrupción de su libre flujo en el cuerpo es la base de los trastornos físicos y psicológicos.

Los practicantes de ciertas disciplinas afirman que el ser humano puede controlar y utilizar esta energía, a través de diversas técnicas, acrecentándola, acumulándola y distribuyéndola por todo el cuerpo o usarla en forma concentrada, como en el Tàijíquán, el Aikido u otras artes marciales. Otros afirman poder curar cierto número de enfermedades y otros efectos liberando el libre flujo del por el cuerpo humano. Éste es el caso de medicinas alternativas como el reiki, la acupuntura la digitopuntura y de algunas disciplinas como el qìgōng.

La ciencia occidental no admite el concepto de como descripción de algo real, aunque se constatan beneficios y logros de las medicinas basadas en ello. La controversia en torno al está relacionada con la explicación de su operatividad como resultado de la intervención del como un fluido inmaterial (energía). Algunos maestros de qìgōng proclaman que pueden detectar y manipular de forma directa el e incluso operar con el mismo a distancia. Muchos científicos, biólogos y físicos, se muestran escépticos con esta explicación y no ven ninguna razón para creer que el sea algo de esta naturaleza, si no puede ser medido e identificado por métodos científicos ortodoxos. Otros, incluyendo algunos maestros de qìgōng tradicionales, creen que el puede ser visto como una explicación de los procesos biológicos y que la efectividad del puede ser explicada en términos más familiares para la medicina occidental.



MEDICINA TRADICIONAL CHINA:

Los primeros escritos de Medicina Tradicional China (MTC) datan de hace más de 2500 años, siendo aún la principal terapia usada por cerca de mil millones de personas en todo el mundo. La MTC consta de:

- Farmacopea China (remedios de origen vegetal, mineral y animal).

- Acupuntura y moxibustión (estímulos de los puntos de acupuntura mediante agujas y/o calor).

- Dietética (normas de nutrición energética).

- Tui-Na (masaje y manipulaciones físicas en puntos de acupuntura).

- Qi Gong (ejercicios chinos que combinan la respiración con el movimiento o bien la respiración con la concentración en posturas estáticas meditativas).

Por supuesto, la especialidad más conocida en el mundo es la acupuntura, que fue la primera en llegar a Occidente, pero las restantes no son menos importantes. En el tratamiento del VIH/SIDA las terapias básicas utilizadas por la MTC son la farmacopea, la dietética y el Qi Gong, intentando todas aumentar la energía o Qi.

La MTC utiliza pues una combinación de hierbas, dieta, ejercicios, acupuntura y ocasionalmente masajes y manipulaciones para curar la enfermedad. La mayoría de los remedios utilizados han sido prescritos desde hace cientos de años, y el conocimiento del uso concreto de cada uno de ellos y sus efectos secundarios se ha ido acumulando y aumentando con los años. En comparación con ellos, los fármacos occidentales son muy nuevos.

El origen de la acupuntura es desconocido, pero se usa desde hace unos 5000 años. Se dice que fue descubierta después de comprobarse que algunas heridas de flecha en ciertas partes hacían desaparecer enfermedades crónicas. Hoy se sabe que los puntos utilizados por los acupuntores son sitios de elevada conductividad eléctrica. Los sanadores prehistóricos parece que se dieron cuenta que estimulando estos puntos la enfermedad mejoraba y los niveles de energía subían. Ellos también descubrieron una forma de energía: qui (o chi), que fluye a través de los canales o meridianos del cuerpo. Estos meridianos unen los diferentes órganos. El qui se entiende mejor como algo más que un impulso eléctrico, es la fuerza de la vida.

La inserción de agujas en puntos de los meridianos actúa como si encendiésemos interruptores en un circuito eléctrico, ayudando a la corriente qui a llegar a órganos específicos. Los sanadores aprenden a medir la fuerza de esta energía y a saber si hay desequilibrios en meridianos relacionados con determinados órganos. En la MTC la enfermedad es la consecuencia de un desequilibrio de energía en el cuerpo, y esto puede atribuirse tanto a factores internos como externos. El trabajo del médico es ayudar al paciente a reequilibrar esta energía. El médico observa la lengua y los pulsos, realizando también una anamnesis o recopilación completa de síntomas e historial médico.

La MTC se basa en los conceptos de yin y yang, que pueden ser traducidos como activo y pasivo, positivo y negativo, masculino y femenino, luz y sombra, etc. Tiene un concepto de los órganos y sustancias del cuerpo distinto del de la medicina occidental. Muchos médicos occidentales han rechazado los conceptos utilizados en MTC como calor, frío, viento, humedad, diciendo que no tienen ninguna relación con la realidad física del cuerpo, tal como ha sido descrita por la ciencia occidental. La medicina de hierbas es utilizada para tratar deficiencias del cuerpo y para eliminar los factores causantes de la enfermedad como humedad, frío, flema, calor, etc., y los materiales de desecho del metabolismo. La acupuntura se usa para ampliar esta medicación. Por ejemplo, si un practicante decide dar un tratamiento para una deficiencia de riñón, el tratamiento de acupuntura se enfocará para ayudar a incrementar los efectos de las hierbas en el funcionamiento de dicho órgano. También se usa la acupuntura para tratar problemas estructurales, tales como el dolor de espalda o muscular y para aliviar la artritis. De hecho, el uso más efectivo de la acupuntura es precisamente el tratamiento del dolor y la ansiedad. Hay muchas teorías en la MTC acerca de la naturaleza del VIH, probablemente por tratarse de una enfermedad surgida en este siglo. Todas insisten en la invasión de un agente patógeno externo. Sin embargo, hay diferentes escuelas de pensamiento acerca de los desórdenes que ocurren como consecuencia de esta "invasión" y de cómo esto puede ser interpretado. Esto quiere decir que los médicos de MTC seguirán diferentes estrategias de tratamiento, dependiendo de su punto de vista sobre el VIH entendida como una enfermedad de calor, una enfermedad de deficiencia, una deficiencia de Yin y riñón, o una afección debida al calor. En otras palabras, en la MTC no se sigue un único punto de vista teórico sobre la causa del VIH, sino que se diagnostica el síndrome que padece el paciente de acuerdo con sus síntomas, tratándose dicho síndrome con una combinación determinada de hierbas, ejercicios, acupuntura, etc. Todos están de acuerdo en que el factor "invasor" externo (VIH) tomará el camino donde menos resistencia encuentre. La primera barrera del sistema inmunológico se encuentra en la capa superficial (Wei Qi); la piel, la boca y todos los orificios del cuerpo, siendo esos los puntos por donde penetra la enfermedad hacia los niveles más profundos. Los órganos más relacionados con el sistema inmunológico son , según la MTC:

- Pulmón: relacionado directamente con el Wei Qi (energía defensiva).

- Bazo (sistema digestivo): base de la producción de energía, el metabolismo y la absorción de nutrientes.

- Riñón (cápsulas suprarrenales): base de la energía heredada (constitución física).

Hierbas medicinales chinas:

De todas las terapias alternativas, la MTC es la que ha estado sujeta a un mayor escrutinio científico. Desde 1950 los científicos occidentales y chinos han trabajado para identificar los ingredientes activos de los preparados tradicionales de hierbas y los han probado en ensayos clínicos. En los últimos años se ha hecho un gran progreso para que las medicinas occidental y china se complementen. Por ejemplo, para tratar algunas formas de cáncer, el complemento de las hierbas chinas reduce la toxicidad de la quimioterapia. Una gran cantidad de hierbas chinas han sido probadas para observar sus efectos en el sistema inmunitario. En la teoría médica china es más importante saber si una hierba es buena para ayudar al cuerpo a luchar contra una enfermedad que la capacidad de esta hierba para inhibir la reproducción de los virus. Esto es porque la MTC tiene la visión de que el virus y otros factores externos (como bacterias, parásitos y hongos) pueden causar enfermedad sólo cuando la fuerza vital (Wei Qi) del cuerpo está mermada. Las hierbas que se han mostrado inhibidoras del VIH se ha visto que lo hacen fortaleciendo la capacidad de las células para resistir la infección, más que inhibiendo directamente el proceso por el cual el virus se reproduce. Un ejemplo es el "violae yeodensitis", el cual no puede matar el virus fuera de la célula, pero previene (en pruebas de laboratorio) la infección de otras células por el VIH. El modo cómo esta hierba produce este efecto es hasta ahora desconocido. Esta hierba es comúnmente usada para tratar la tuberculosis.

También han sido estudiados los efectos de la acupuntura en el refuerzo de la inmunidad. El tratamiento en puntos específicos se ha mostrado eficaz para una mayor producción de interferón, para estimular la capacidad de los leucocitos de matar bacterias, para incrementar la producción de células rojas en gente anémica, para reducir el dolor y para bajar la fiebre.

La MTC utiliza las plantas medicinales casi siempre en fórmulas combinadas, salvo el Ginseng, que suele emplearse solo, o algunas hierbas usadas en la cocción de alimentos (recuérdese la estrecha relación que existe en la MTC entre farmacopea y dietética). Los tratamientos chinos con plantas se prescriben teniendo en cuenta la constitución e historia médica de cada individuo. Al tener experiencia de siglos, la MTC conoce las plantas con sus posibles efectos secundarios y puede prescribir otras que los alivien. Una fórmula de hierbas chinas consiste en primer lugar en la llamada "Emperador", la planta más fuerte para la función principal. "El Ministro", planta que ayuda al "Emperador", puede tener también una función adicional. Los "Asistentes" actúan sinérgicamente para estimular el efecto de las plantas clave o pueden actuar modificando los efectos secundarios o "sobre-efectos" de las hierbas clave. Por último, los "Mensajeros", dirigen las hierbas al área adecuada. Los practicantes han de pasar mucho tiempo conociendo los síntomas del paciente antes de hacer una prescripción. Desconfía si te prescriben después de una consulta de 5 minutos, especialmente si las plantas son fuertes. Cualquier persona con problemas de hígado necesita hacer un análisis de su estado antes de tomar ciertas plantas, y un buen terapeuta preguntará si el paciente los ha hecho en fecha reciente. Las plantas son cosechadas año tras año, siguiendo estrictas normas que se han desarrollado durante siglos para asegurar que los ingredientes activos tengan la misma potencia.

El consumo de hierbas medicinales chinas: Muchas medicinas se preparan como tés a partir de plantas secas. Estas se tienen que hervir de 10 a 30 minutos. Algunas de las fórmulas más comunes se venden en bolsitas de té. Una queja común es el mal sabor, por lo que muchas personas abandonan el tratamiento o se inclinan por tomar la misma fórmula en tabletas. Algunas formas de plantas en polvo se pueden encapsular, así se evita el mal sabor de los tés, además de que se puede encapsular la fórmula individual, no como las tabletas que ya están preparadas. Para algunas infecciones se tienen que tomar las plantas hervidas. Depende de cada persona el tolerar mejor el gusto de algunas plantas.

viernes, 8 de junio de 2007

COSAS SOBRE EL OMEGA 3

El cerebro del humano adulto normal, contiene más de 20 gramos de DHA.

Se han comparado bajos niveles de DHA con bajos niveles de serotonina del cerebro, a lo que se le asocia una tendencia aumentada hacia la depresión, suicidio, y violencia.

Una ingesta alta de pescado, se ha asociado a una disminución significativa en la pérdida de memoria relacionada con la edad y deterioro de la función cognoscitiva y un más bajo riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

Un reciente estudio encontró que los pacientes con Alzheimer a los que se administró un suplemento rico en omega-3, experimentó una mejora significativa en su calidad de vida.

Nada de lo que se lleve a la boca es tan agradable, como el aceite de pescado OMEGA 3 Vípez para las intrincadas estructuras de las células cerebrales.

El cerebro es el órgano más graso del cuerpo; un 60% está formado por lípidos: diversos tipos de sustancias similares a los ácidos grasos.

La química de los ácidos grasos puede influir profundamente sobre la arquitectura misma de las células cerebrales, la profusión o escasez de las importantes Dendritas y Sinapsis, los ejes de la inteligencia, el aprendizaje, la memoria, la atención, la concentración y el estado de ánimo.

El cerebro puede volverse ineficaz y posiblemente tener disfunciones, a menos que se lo alimente con la necesaria cuota de ácidos grasos (Omega 3) y se limite el consumo de grasas malas.

No cabe la menor duda al respecto.

Si se le niegan las moléculas grasas adecuadas y se lo inunda con las malas, el tejido cerebral puede morirse parcialmente de hambre, una perspectiva nada saludable.

Las membranas exteriores de las células cerebrales pueden abarrotarse y encogerse; los tentáculos dendríticos que se extienden para formar pautas de comunicación con otras células, atrofiarse, y el rico fluido químico de neurotransmisores, secarse o sufrir una especie de cortocircuito y ser incapaz de entrar en las neuronas para transmitir los rnenssajes, de una neurona a otra.

Es entonces cuando se produce un desorden que la naturaleza no tenía intención de desencadenar.
Y, sin embargo, ese es el estado en que se encuentran la mayoría de los cerebros del hombre moderno.

Los científicos creían que comer grasa no provocaba prácticamente ningún impacto sobre el funcionamiento de los cerebros adultos y que ésta sólo era esencial para los cerebros en desarrollo de los niños.

Según el dogma establecido, la única posibilidad de crear un gran cerebro se acababa con la adolescencia, porque a esa edad el cerebro ya era inamovible, inmutable e incapaz de seguir creciendo.

Ahora sabemos que las neuronas pueden seguir creciendo y expandirse durante todas las edades, incluso cuando se es adulto y adulto mayor.

Pero tal crecimiento necesita suministros de ácidos grasos OMEGA 3, dado que durante toda la vida se está moldeando constantemente nuestro cerebro.

El tipo de grasa con que alimentemos nuestro cerebro, desde el nacimiento hasta la muerte, es una de las decisiones más críticas que podemos tomar por su bien o en su detrimento.

Cada vez que acudamos dispuestos a comer una hamburguesa, papas fritas o una pizza cargada de queso grasiento, debemos tener en cuenta lo siguiente: esas grasas saturadas pueden atrofiar el crecimiento de nuestras células cerebrales.

Convincentes investigaciones que se han llevado a cabo con pequeños animales de laboratorio demuestran que el tipo de grasas saturadas pueden llegar a cambiar no sólo el funcionamiento de las células cerebrales, sino también hasta su misma forma, es decir, su morfología.

En resumen, la grasa que ingiera puede cambiar la configuración de las células cerebrales.

Para mantener un equilibrio, es necesario dotar al organismo, la metabolización de OMEGA 3.

Los investigadores saben, desde hace más de una década, que las grasas saturadas son terribles para los cerebros de los mamíferos.

En comparación con animales de laboratorio alimentados con aceite OMEGA 3 (que contienen altos volúmenes de DHA y EPA), los alimentados con abundante manteca saturada no aprenden con la misma rapidez, ni rinden igual cuando son sometidos a una amplia gama de pruebas de memoria, entre las que se incluye encontrar la salida de los laberintos.

Ademas, presentan claras perturbaciones en la memoria espacial a corto y largo plazo, lo que tiene como consecuencia una disfunsión del aprendizaje y de la memoria, a la hora de realizar una amplia serie de tareas en las que intervienen diversas regiones del cerebro, así como de neurotransmisores.

Según la profesora Carol Greenwood, de la Universidad de Toronto, destacada investigadora sobre los efectos de la grasa en el cerebro, eso indica que tal abundancia de grasa en la dieta provoca efectos perniciosos sobre el funcionamiento del cerebro y ayuda a manipular el comportamiento cognitivo extremadamente complejo en los animales.

El principal culpable son las grasas saturadas, causantes de grandes efectos perniciosos sobre la memoria y el aprendizaje.

Cuantas más grasas saturadas comen los animales, tanto más grave es el mal funcionamiento de su cerebro y su memoria. La doctora Greenwood demostró que las curvas de aprendizaje de las ratas descendían en proporción directa a la cantidad de grasas saturadas que comían. Con una dieta de un diez por ciento de grasas saturadas, los animales no aprendían prácticamente nada.

Además, los efectos nocivos de las grasas saturadas sobre el cerebro parece que son acumulativos. Cuantos más años haya seguido una dieta alta en grasas saturadas, tanto más grave será el riesgo de "entontecerse".

Lo más preocupante es que la cantidad de grasa saturada necesaria para producir deterioro en la memoria de los animales, es comparable a la cantidad que suele ingerir el hombre moderno. Es lógico, pues, que esas dietas altas en grasas saturadas,sean sutiles inductores de un aprendizaje deficiente en los jóvenes y de una acelerada pérdida de memoria, relacionada con la edad en los adultos.

Los exámenes visuales de células cerebrales obtenidas tras la muerte de animales alimentados con gran cantidad de grasa saturada desde que eran fetos, hasta que alcanzaron las ocho semanas después de su nacimiento, revelan que las neuronas se habían atrofiado.

Los análisis de la materia gris de animales alimentados con grasa saturada demostraron la existencia de un número más reducido de dendritas, más cortas y con menos ramificaciones de las necesarias para extenderse, enviar y recibir mensajes.

Además de atrofiar las dendritas, los cerebros de los ratones alimentados con un alto contenido en grasas animales solían pesar menos, y sus cuerpos también eran más pequeños.

La doctora Greenwood explica que las dendritas atrofiadas pueden inutilizar la memoria, ya que en las células cerebrales tienen lugar cambios físicos durante el funcionamiento de la memoria y el aprendizaje: "En momentos en que se ejercita la memoria, por ejemplo: cuando alguien aprende, observamos una expansión de las dendritas; así, la expansión dendrítica parece necesaria en términos de funcionamiento de la memoria."

Desde el punto de vista científico, se trata de un descubrimiento muy importante, que quizás está poniendo de relieve una nueva manera que tiene la grasa saturada de influir perniciosamente sobre el funcionamiento del cerebro.

Recientemente, numerosos científicos han investigado otra nueva teoría según la cual la grasa saturada degradaría la memoria y el aprendizaje, al afectar a la hormona insulina.
Tanto los animales como los seres humanos que comen mucha grasa saturada muestran tendencia a desarrollar resistencia a la insulina. Eso significa que la insulina se hace menos «sensible» y eficiente a la hora de manejar la glucosa en la sangre.
La consecuencia es la aparición de perturbaciones en la utilización de la glucosa por todo el cuerpo, incluido el cerebro, y posiblemente un deterioro cognitivo. Por ejemplo, los diabéticos suelen tener un elevado nivel de glucosa en la sangre y un funcionamiento deficiente de la insulina.
Cada vez se admite más que las personas con diabetes insulino-dependientes (tipo 1) y diabetes no insulino-dependientes (tipo 2) suelen desarrollar diversos tipos de deterioro cognitivos, incluidos problemas de memoria.
Según la doctora Greenwood, los investigadores están cada vez más convencidos de que la principal razón subyacente por la que las grasas saturadas dañan el cerebro, es porque predispone a la persona a la resistencia insulínica, una enfermedad que precede y acompaña a la diabetes y que encontramos en la raíz de los problemas de memoria: «Lo que podemos estar viendo en animales y seres humanos que ingieren mucha grasa, es una resistencia a la insulina o un estado prediabético, que lleva a un deterioro de la memoria».

La grasa también puede dañar el cerebro de otra forma alarmante, cuando se ingiere en exceso un determinado tipo y apenas se prueba de otro, ignorando así la sabiduría evolutiva.
La gran mayoría de los hombres modernos llenan sus células cerebrales con el tipo equivocado de grasa e ignoran el tipo correcto, lo que lleva a crear un desequilibrio muy destructivo.
Entre los llamados ácidos grasos poliinsaturados hay dos tipos básicos: la grasa omega-6 y la grasa omega-3, que tienen composiciones químicas singularmente diferentes.
Durante los tiempos prehistóricos en los que evolucionó el cerebro, nuestros antepasados comieron cantidades iguales de omega-3 y omega-6.
La omega-3 se encuentra en el marisco y nuestro cuerpo también produce algo a partir de otros ácidos grasos que se encuentran en los frutos secos, la verdura y la carne magra.
La omega-6 se obtenía en aquellos tiempos sobre todo de frutas y verduras, frutos secos y legumbres.
En la actualidad, la omega-6 procede principalmente de aceites vegetales refinados.
Esa proporción ideal de grasas se mantuvo durante aproximadarnente cuatro millones de años, hasta el siglo XIX.
La Revolución industrial produjo cambios drásticos, incluido el refinado de los aceites vegetales, con alto contenido de omega-6.

La carne magra de caza se vio sustituida por la carne de vaca y cerdo, muy grasientas.

Durante los últimos ciento cincuenta años, la ingestión de grasa saturada y de omega-6 se disparó, al tiempo que se reducía hasta valores patéticos el consumo de omega-3.

Hoy, el hombre moderno a cada instante ingresa a su organismo aceites refinados y Big Macs, ingiriendo de quince a veinte veces más grasas omega-6 que omega-3.

Esa proporción difiere mucho de lo que son nuestros orígenes genéticos y estamos pagando por ello un alto precio en forma de envejecimiento acelerado e índices cada vez más altos de enfermedades crónicas.

Y el cerebro, al estar compuesto en su mayor parte de grasa (la que usted le proporciona), es el principal objetivo de este peligroso desequilibrio de las grasas.

El exceso de grasas malas y la escasez de grasas buenas puede llegar a provocar la disyunción y muerte de la célula cerebral, y el deterioro de las facultades mentales en personas de todas las edades pero, sobre todo, en los jóvenes y en los adultos mayores.

Resulta notable observar cómo cambia el paisaje del cerebro si se ingiere demasiada grasa poliinsaturada, químicamente clasificada como omega-6.

Cuando los ácidos grasos omega-3 luchan contra los omega-6 por el control de las células, el cerebro se convierte literalmente en un campo de batalla.

Debido a su cantidad tan enorme y a lo mucho que los ingerimos, los omega-6 suelen ganar la batalla, estableciendo un dominio tiránico sobre la actividad neuronal.

Esas constantes victorias de los ornega-6, provocan estragos en el cerebro.
Una de las consecuencias potenciales más temibles del dominio de los omega-6 en las células cerebrales es la persistente inflamación del tejido cerebral.

Tal inflamación puede lesionar los vasos sanguíneos cerebrales, iniciar procesos que matan las células cerebrales, defonnar las membranas de la célula nerviosa, perturbando su funcionamiento normal, interferir en la transmisión del mensaje neuronal y provocar apoplejias, la enfermedad de Alzheimer y, probablemente, todas las enfermedades cerebrales degenerativas.

El proceso es complejo, pero en esencia se produce de la siguiente forma: al metabolizar las grasas (descomponerlas para su utilización), se desprenden productos secundarios, algunos de ellos benignos, y otros nocivos, eso depende del tipo de grasa que se consuma.

El metabolismo de los omega-6 se inicia con un feroz castillo de fuegos artificiales que lanza productos incendiarios, desechos de sustancias similares a hormonas, conocidas como cicosanoides, entre las que se incluyen las prostaglandinas, los leucotrienes y las citoquinas, además de producir los radicales libres, todos los cuales provocan inflamación.

Esto lo han constatado los investigadores, tras detectar de una manera continuada en los cerebros de pacientes de Alzheimer, altos niveles de un tipo de prostaglandina proinflamatoria (una sustancia similar a una hormona).

El doctor K. N. Prasad y sus colegas del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Colorado, en Denver, ha denominado «neurotoxinas» a determinadas prostaglandinas, debido a que matan las células cerebrales. Tales descubrimientos han llevado a los investigadores a creer que la activación de estos mecanismos inflamatorios provoca la degeneración de las células cerebrales.

El bajo rendimiento cerebral de las personas que ingieren un exceso de grasas omega-6 no es sólo una teoría: está fehacientemente documentado.

Las investigaciones ha puesto de relieve que las personas ancianas que siguen dietas altas en omega-6 muestran un funcionamiento mental más deficiente y una mayor pérdida de memona.

En un gran estudio que se llevó a cabo en Holanda (el Estudio de Ancianos Zutphen) se analizaron las dietas de unos 1.300 hombres de edades comprendidas entre los sesenta y cuatro y los ochenta y cuatro años.

Tras someterlos a pruebas estándard para valorar su funcionamiento intelectual, quedó claro que los que comían más grasa omega-6, principalmente en forma de margarinas, grasas cocinadas y salsas, tenían un riesgo un 75 por ciento superior de sufrir deterioro cognitivo, incluida la pérdida de memoria, que los que ingerían menos grasas omega-6.

Lo crítico para el cerebro no es sólo la cantidad total de ácidos grasos omega-6 y omega-3 que se ingiere, sino la relación entre cada uno de ellos, es decir, la proporción.
De hecho, según los estudios llevados a cabo por el destacado psicólogo israelí Shlomo Yehuda, en la Universidad Bar-llan de Ramat Gan, esa proporción constituye el factor esencial que determina lo bien que se transmite la información de una neurona a otra.
En el mundo antiguo, no se comia más de una molécula de ácido graso omega~6 por cada molécula de omega-3, lo que permitía un buen funcionamiento del cerebro.
Algunos expertos sugieren actualmente que se puede alganzar un excelente funcionamiento cerebral restringiendo el consumo de ácidos grasos omega-6 a cuatro moléculas por cada molécula de omega-3 que se tome, es decir, a una proporción de cuatro a una.
El doctor Yehuda, de Israel, afirma que esa sería la proporción «óptima».
En los animales de laboratorio se ha descubierto que esta proporción de cuatro a uno mejoraba mucho el aprendizaje, el sueñio, reducía los ataques apopléticos y hasta invertía en buena medida los problemas de aprendizaje inducidos por las toxinas de la célula nerviosa.

miércoles, 6 de junio de 2007

Omega3 y el cerebro :)

No Permita Que su Cerebro Falle por Falta de Grasas Buenas.



Sí señoras y señores, debemos usar Omega 3 para nuestro cerebro, para la depresión, para prevenir malos humores, fallas de la memoria, y muchas otras aflicciones de la mente y del alma.

En esta página trataremos sobre: el componente principal del cerebro, por qué es importante dar a la mente grasa buena, el daño de las grasas Trans a su mente, los comportamientos relacionados con la carencia de Omega 3, por qué es importante Omega 3 para la depresión, mis recomendaciones finales para evitar la depresión ....... Manténgase en sintonía.

La mayoría de la gente está enterada de que el aceite de pescado Omega 3 tiene múltiples beneficios como la protección contra la enfermedad cardíaca.

Pero mucha gente no es consciente de investigaciónes que indican que DHA, un componente importante de los Acídos Grasos Omega 3, es crítico en la función del cerebro, especialmente en niños e individuos viejos.

Sí, las grasas componen el 60% de nuestros cerebros. Así como las proteínas forman nuestros músculos y el calcio nuestros huesos, las grasas hacen nuestro cerebro. Pero no cualquier grasa. Necesitamos una grasa especial, DHA, que es el componente principal de nuestro cerebro. Repito, DHA es el componente principal del tejido cerebral.

Dicho lo anterior, es muy simple entender por qué si no proveemos nuestro cuerpo de bastante Omega 3 va a haber un cierto desequilibrio en la química del cerebro. Por lo tanto, en nuestra función u operación cerebral.

En ese caso, de deficiencia de Omega 3, en vez de DHA nuestro cuerpo utiliza cualesquiera grasa que esté disponible: Omega 6 y ácidos grasos Trans.

Daño Producido por las Grasas Trans en su Cerebro.

Si Ud. no tiene mucho DHA en su sangre, el cuerpo puede usar como material de construcción del cerebro grasas Trans. Aunque las grasas Trans(aceites hidrogenados) tengan forma diferente al DHA: son rectas, mientras que el DHA es curvo.

Si repite el escenario a diario, puede terminar con una depresión, falla de memoria, mal humor. Haga esto a cerebros en desarrollo y tiene niños con dificultades para aprender, problemas de comportamiento en clase. Sus neuronas tendrán conexiones defectuosas, sin Omega 3, pero con grasas Trans.

El ojo humano es otro ejemplo perfecto de la importancia de comer la clase apropiada de grasa. La retina del ojo tiene una alta concentración de DHA, que el cuerpo forma de las grasas nutritivas en la dieta. Cuanto más nutritiva la grasa, mejor puede funcionar. Y puesto que la mayoría de la gente es muy visual para aprender, unos ojos mejores significan mejores cerebros.

Esto debe ser una razón para no creer mucho en esas dietas bajas en grasas buenas.

Las conexiones que nuestras neuronas hacen con Omega 6 y las grasas Trans deforman los patrones normales del cerebro. Nuestras neuronas comienzan a funcionar diferente, menos eficientemente, produciendo comportamientos anormales. Cambios sutiles, delicados.
Las deficiencias en Omega 3 crean niveles bajos de serotonina y de dopamina que comprometen la barrera cerebral, que a su vez protege el cerebro contra materiales indeseables.

También disminuye el flujo normal de la sangre al cerebro, que se relaciona con pacientes con depresión y humor alterado.

Niños que tienen cantidades bajas de DHA en su dieta tienen un desarrollo reducido del cerebro y disminuida la agudeza visual.

La mayor inteligencia y funcionamiento académico de niños criados al pecho, comparados con los niños alimentados con leche no materna se ha atribuido en parte al contenido mayor de DHA de la leche humana.

Algunos niños con funcionamiento pobre en la escuela debido a déficit de atención, se ha demostrado que tienen bajos ácidos grasos esenciales en su dieta.

Hay dos partes en la vida donde es especialmente importante la nutrición del cerebro: la infancia y las últimas décadas. Los cerebros en crecimiento y los que envejecen necesitan más aceite de pescado Omega 3.

DHA es esencial para el crecimiento y el desarrollo funcional del cerebro. Las deficiencias de DHA en infancia se han asociado a debilidad visual y al desarrollo posterior de desórdenes, incluyendo el desorden de déficit de la atención con hiperactividad (ADHD).

Si alimentas el cerebro que envejece con las grasas incorrectas, grasas Trans y Omega 6, puede aparecer un cierto deterioro del sistema nervioso central.

Los niveles bajos de DHA se relacionan con la enfermedad de Alzheimer. En un estudio que seguía por 10 años los niveles de DHA en 1.188 americanos mayores, la enfermedad de Alzheimer era el 67% más probable de desarrollarse en individuos con niveles bajos de DHA.

Algunos Comportamientos Asociados a la Deficiencia de Omega 3.

  • Depresión.
  • Desorden bipolar o enfermedad maniaco-depresiva.
  • Dificultades de la concentración.
  • Algunas esquizofrenias.
  • Agresión.
  • Desorden de déficit de atención.
  • Depresión postpartum.

El Omega 3 para la depresión ha sido conocido desde hace mucho tiempo. Donde quiera que el pescado es común la depresión es rara. Los estudios demuestran que los niveles del omega-3 en sangre son más bajos en gente con depresión severa. El uso de Omega 3 para la depresión se basa en la regulación de la serotonina del cerebro, un anti-depresivo natural. Se ha llamado el Prozac de la naturaleza.

Un estudio en Belmont, Massachusetts, con pacientes suicidas deprimidos los dividió en dos grupos, uno que tomaba a 9 gramos/día de Omega 3, el otro con un placebo. Después de 4 meses pararon el estudio por razones éticas. Pensaron que sería poco éticos si negaran al grupo del placebo las grandes ventajas del aceite de pescado. El Omega 3 para la depresión, una buena alternativa.

Algunos esquizofrénicos tienen niveles bajos DHA en la sangre. Cuando recibieron aceite de pescado sus síntomas se convirtieron en menos severos, menos apatía y menos comportamiento no cooperativo, menos alucinaciones y agresión.

Incluso los monos criados con dietas deficientes en omega-3 exhibieron comportamientos agitados e inestables.

En un estudio publicado en 1999, el aceite de pescado fue utilizado como alternativa al litio, en desorden bipolar. El Omega 3 tuvo buenos efectos de estabilización del humor sin los efectos secundarios negativos de las medicaciones tradicionales (es decir, litio), por ejemplo embobamiento, aumento del peso, temblores, somnolencia, acné, y problemas del riñón. Los pacientes pueden llevar vidas normales, más estabilidad del humor.

Los niños con ADD y ADHD a los que se les da aceite de pescado mejoraron más que con Ritalina. Mejoraron su comportamiento, concentración y relación con sus padres en más del 90% de los niños estudiados. ¿Qué más podemos decir? ¿Qué droga puede hacer eso?

La investigación psiquiátrica alega que una tercera parte de los actos violentos entre presos puede ser evitada dándoles omega-3 y suplementos de vitamina.

La demencia se asocia a niveles bajos de DHA. La demencia ahora afecta el cerca de 47% de la población sobre 80 años de edad, en países occidentales. La investigación ha confirmado la asociación entre los niveles bajos de DHA y de EPA y el deterioro de la función cognoscitiva. Otros estudios han encontrado que la suplementación de aceite de pescado mejora el humor, la cooperación, el apetito, el sueño, y la memoria a corto plazo en los pacientes con la enfermedad de Alzheimer.

Mis Sugerencias para Evitar la Depresión.

Además de Omega 3 para la depresión, hay un número de opciones para Ud. que teme deprimirse o que ya está sufriéndolo: Su dieta y el ejercicio.. Sí, sí, a muchos les debe sonar horrible que todo vaya allá: dieta y ejercicio.

Una dieta alta en Omega 6, o sea alta en granos y carbohidratos, favorece la depresión. Debe limitar sus carbohidratos a comer vegetales y a algunas frutas. Cero granos o cereales. Para más información visite mi futura página sobre dieta.

Todos los días hay más evidencia de que el ejercicio se debe tomar como una droga. Sí señores, como una droga debe ser diario, cuidadosamente aplicado. En intensidad, frecuencia y duración necesarias para conseguir los resultados correctos.

Resumiendo, hemos cubierto que: la grasa es el componente principal de nuestro cerebro, por qué es importante dar a nuestro cerebro las grasas buenas, los daños de las grasas Trans y Omega 6, los comportamientos relacionados con la carencia de Omega 3, porqué es Omega importante 3 para la depresión y mis recomendaciones para evitar la depresión.

miércoles, 30 de mayo de 2007

Tabaco es devastador para la fertilidad

Según un informe, el tabaco tiene efectos ‘devastadores’ en fertilidad, pues un cigarro al día reduce posibilidades de embarazo y aumenta riesgo de aborto.


¿Eres fumador?

EFE.-Londres.- El tabaco tiene efectos "devastadores" en la fertilidad femenina, según un informe holandés publicado por la revista científica británica "Human Fertility". Un simple cigarrillo al día reduce las probabilidades de la mujer de quedar embarazada y aumenta por el contrario las de sufrir un aborto, indica el estudio.

Según el profesor Didi Braat, del Centro Médico de la Universidad Radboud de Nimega (Holanda), que dirigió la investigación, el tabaco añade diez años a la edad reproductiva de la mujer, lo que significa que una fumadora de treinta años tiene los mismos problemas que una que no fuma a los cuarenta.

El estudio se llevó a cabo entre 8.500 mujeres de veinte a cuarenta años que estaban sometidas en Holanda a tratamiento por fertilidad. Un cuarenta por ciento de ellas eran adictas al tabaco y habían fumado un mínimo de un cigarrillo al día durante el año anterior.

Los investigadores descubrieron que en el caso de las fumadoras, las probabilidades de dar a luz eran un 28 por ciento inferiores a las de las no fumadoras. Al mismo tiempo, el índice de abortos entre las fumadoras era de un 21 por ciento frente a un 16 por ciento en el otro grupo.

Según Ken Dowell, director médico del grupo de fertilidad británico "Care", cualquier pareja que quiere tener descendencia debería dejar de fumar. El abuso del tabaco durante el embarazo puede afectar también negativamente en el peso del futuro bebé, indican estudios de la Asociación Médica Británica.

Durante su primer año de vida, los hijos de padres que fuman en casa tienen muchas más probabilidades de ser hospitalizados por bronquitis o neumonía que los de padres no fumadores.

Más de 17.000 niños de menos de cinco años son internados anualmente en hospitales británicos por culpa del humo del tabaco de sus padres, informa el diario "Daily Mail". Según la Asociación Médica Británica, 120.000 varones de este país de edades comprendidas entre los treinta y los cincuenta años sufren además impotencia por culpa también del tabaco.

Declarado el hombre más feliz del planeta

Es más feliz que usted, seguro. Mucho más. Matthieu Ricard obtuvo una nota inalcanzable en un estudio sobre el cerebro realizado por la Universidad de Wisconsin (EEUU). Los especialistas en neurociencia afectiva le nombraron «el hombre más feliz de la Tierra». A sus 61 años, quien hoy es asesor personal del Dalai Lama tiene una vida digna de un guión de cine. Biólogo molecular, hijo de un filósofo ateo, dejó su carrera por abrazar al budismo.






¿Una bonita casa en la playa? Matthieu Ricard prefiere el monasterio apartado de toda civilización donde vive, en las montañas de Nepal. ¿Una cuenta bancaria boyante? Ha entregado todo el dinero de las ventas de sus libros a la caridad. ¿Quizá un matrimonio bien avenido o una excitante vida sexual? Tampoco: a los 30 años decidió acogerse al celibato y dice cumplirlo sin descuidos. En realidad, Matthieu Ricard carece de todas las cosas que los demás perseguimos con el convencimiento de que nos harán un poco más felices. Y sin embargo, este francés de 61 años, biólogo molecular hasta que decidió dejarlo todo y seguir el camino de Buda, es más feliz que usted y yo. Mucho más feliz. El más feliz.

Científicos de la Universidad de Wisconsin llevan años estudiando el cerebro del asesor personal del Dalai Lama dentro de un proyecto en el que la cabeza de Ricard ha sido sometida a constantes resonancias magnéticas nucleares, en sesiones de hasta tres horas de duración. Su cerebro fue conectado a 256 sensores para detectar su nivel de estrés, irritabilidad, enfado, placer, satisfacción y así con decenas de sensaciones diferentes.

Los resultados fueron comparados con los obtenidos en cientos de voluntarios cuya felicidad fue clasificada en niveles que iban del 0.3 (muy infeliz) a -0.3 (muy feliz). Matthieu Ricard logró -0.45, desbordando los límites previstos en el estudio, superando todos los registros anteriores y ganándose un título –«el hombre más feliz de la tierra»– que él mismo no termina de aceptar. ¿Está también la modestia ligada a la felicidad? El monje prefiere limitarse a resaltar que efectivamente la cantidad de «emociones positivas» que produce su cerebro está «muy lejos de los parámetros normales».

El problema de aceptar que Ricard es el hombre más contento y satisfecho del mundo es que nos deja a la mayoría en el lado equivocado de la vida. Si un monje que pasa la mayor parte de su tiempo en la contemplación y que carece de bienes materiales es capaz de alcanzar la dicha absoluta, ¿no nos estaremos equivocando quienes seguimos centrando nuestros esfuerzos en un trabajo mejor, un coche más grande o una pareja más estupenda?

Los trabajos sobre la felicidad del profesor Richard J. Davidson, del Laboratorio de Neurociencia Afectiva de la Universidad de Wisconsin, se basan en el descubrimiento de que la mente es un órgano en constante evolución y, por lo tanto, moldeable. «La plasticidad de la mente», en palabras del científico estadounidense, cuyo estudio es el quinto más consultado por la comunidad investigadora internacional.

Los científicos han logrado probar que la corteza cerebral izquierda concentra las sensaciones placenteras, mientras el lado derecho recoge aquellas que motivan depresión, ansiedad o miedo. «La relación entre el córtex izquierdo y el derecho del cerebro puede ser medida y la relación entre ambas sirve para representar el temperamento de una persona», asegura Ricard, que durante sus resonancias magnéticas mostró una actividad inusual en su lado izquierdo.

Los neurocientíficos americanos no creen que sea casualidad que durante los estudios llevados a cabo por Davidson los mayores registros de felicidad fueran detectados siempre en monjes budistas que practican la meditación diariamente. Ricard lo explica en la capacidad de los religiosos de explotar esa «plasticidad cerebral» para alejar los pensamientos negativos y concentrarse sólo en los positivos. La idea detrás de ese concepto es que la felicidad es algo que se puede aprender, desarrollar, entrenar, mantener en forma y, lo que es más improbable, alcanzar definitivamente y sin condiciones.

Éxtasis mental. Lograr el objetivo de la dicha no es fácil. Ricard ha escrito una decena de libros –estos días combina sus retiros espirituales con la promoción de su obra Happiness en el mundo anglosajón– y cientos de artículos tratando de mostrar el camino y, aunque la mayoría de sus obras se han convertido en éxitos editoriales, el propio autor descarta que su lectura garantice el éxito. Al igual que un logro en atletismo o en la vida laboral, el cambio sólo es posible con esfuerzo y tenacidad, pero Ricard asegura que todo habrá merecido la pena una vez se alcanza el estado de éxtasis mental que logran los elegidos. En su Defensa de la felicidad (Urano), la traducción de su último libro publicado en España, el monje explica cómo nuestra vida puede ser transformada incluso a través de variaciones mínimas en la manera en que manejamos nuestros pensamientos y «percibimos el mundo que nos rodea».

Es un viaje hacia el interior de uno mismo que Matthieu Ricard recorrió contra todo pronóstico. Nacido en París en 1946, el «monje feliz», como se le conoce en todo el mundo, creció en un ambiente ilustrado. Su padre, Jean-François Revel, fue un reconocido escritor, filósofo y miembro de la Academia Francesa que reúne a la elite intelectual del país galo. Su madre dedicó gran parte de su vida profesional a la pintura surrealista y tuvo un gran éxito antes de convertirse también ella en monja budista. Ricard vivió en su juventud los excesos propios del París de los años 60 y tras terminar sus estudios de secundaria se decidió por las ciencias. Hizo su doctorado en genética celular en el Instituto Pasteur de París y trabajó con el premio Nobel de medicina François Jacob. Parecía destinado a convertirse en uno de los grandes investigadores del campo de la biología cuando le dio a su padre el disgusto de su vida.

El estudio de textos budistas desencadenó una llamada espiritual que le llevó a dejarlo todo. Decidió que el laboratorio no era lo suyo y partió hacia el Himalaya para hacerse discípulo de Kangyur Rinpoche, un histórico maestro tibetano de la tradición Nyingma, la más ancestral escuela del budismo. Era 1972 y las próximas tres décadas de este francés de carácter suave y cultura exquisita –el único europeo que lee, habla y traduce el tibetano clásico– iban a ser dignas del mejor guión de una película.

Tras estudiar con los grandes maestros del budismo, pasar meses en retiros y recorrer los pueblos del Himalaya, conoció al Dalai Lama y en 1989 se convirtió en uno de sus principales asesores y en su traductor al francés. Su posición como mano derecha del Señor de la Compasión le ha convertido en la figura budista occidental más influyente del mundo y llevaron al gobierno francés a concederle la Orden Nacional Francesa.

La vida elegida por Ricard le enfrentó a los ideales en los que se había formado y al ateísmo de su padre. Ambos decidieron discutir sus diferencias en El monje y el fisólofo, un diálogo que sólo en Francia vendió 500.000 copias y en el que la búsqueda de la felicidad está presente en cada capítulo. «Tenía muchas esperanzas en su futuro profesional y me parecía una lástima que abandonara [su carrera científica]. Después me di cuenta de que había transferido su espíritu científico al estudio del budismo», decía el padre antes de morir, una vez hubo aceptado la elección de Matthieu.

La idea de Ricard de ofrecerse para los estudios de la mente que llevaba a cabo la Universidad de Wisconsin estuvo influenciada por el propio Dalai Lama, que durante años ha colaborado con científicos occidentales, facilitando el análisis cerebral de los monjes y su capacidad de aislar la mente durante las sesiones de meditación. Uno de los aspectos que más ha fascinado a los investigadores es la capacidad de los monjes de suprimir sentimientos que hasta ahora creíamos inevitables en la condición humana: el enfado, el odio o la avaricia. El estudio de sus cerebros demuestra una capacidad extraordinaria para controlar sus impulsos basados en el principio de que Buda no prometió a sus seguidores la salvación en el cielo, sólo el final de sus sufrimientos en la tierra si lograban controlar sus deseos. Para muchos ese ha sido uno de los puntos flacos del budismo: la limitación de las ambiciones personales y la pasividad.

Ricard suele acudir a una anécdota del Dalai Lama para negar que el control de los impulsos negativos sea igual a pasividad o falta de respuesta, por ejemplo ante un crimen o un genocidio. «Alguien le preguntó en una ocasión al Dalai Lama qué haría si alguien entra en una habitación para matar a todos los presentes. Su respuesta irónica fue: «Empezaría por dispararle a las piernas. Y si eso no funciona, apuntaría a la cabeza».

Ricard cree que el problema es que nuestros sentimientos negativos hacia otras personas no están a menudo justificados, sino que los hemos creado nosotros en nuestra mente de forma artificial como respuesta a nuestras propias frustraciones. Y ése es uno de los impulsos que el monje francés piensa que hay que aprender a controlar si se quiere ser feliz. Para el escritor, la felicidad es «un tesoro escondido en lo más profundo de cada persona». Atraparla es cuestión de práctica y fuerza de voluntad, no de bienes materiales, poder o belleza. Los que llegan al final del viaje y logran la serenidad que lleva a la dicha, asegura Ricard, sienten lo mismo que «un pájaro cuando es liberado de su jaula».

Satisfacción filipina. Tampoco es necesario leer a este hijo adoptivo de Buda o retirarse a un templo en el Himalaya para comprobar que el «dinero no da la felicidad». Los habitantes de las barriadas pobres de Manila se muestran, a pesar de sus dificultades, aparentemente más contentos que los tiburones financieros de la vecina y multimillonaria Hong Kong. Cada vez que se hace una encuesta sobre felicidad global, los filipinos aparecen entre los pueblos más satisfechos. Ni la pobreza ni el hecho de que su país haya sido declarado el «lugar del mundo más afectado por los desastres naturales» por el Centro para la Investigación y Epidemiología de Desastres parecen afectar su visión positiva de la vida. Su intensa vida social y familiar compensa penurias privaciones. Los honkoneses, con una renta per cápita 20 veces mayor, aparecen sistemáticamente en los últimos lugares en los mismos sondeos de felicidad. La presión consumista, el estrés y el deterioro de las relaciones sociales figuran entre las causas de insatisfacción más citadas por los ciudadanos. Todo el desarrollo y el dinero del mundo no han logrado levantar el ánimo de la Nueva York de Asia.

Matthieu Ricard ve en resultados como éste la prueba de que cualquiera, no importa las desgracias que haya vivido, puede alcanzar la felicidad si cambia el chip mental que a menudo nos hace detenernos en los aspectos negativos de la existencia. Incluso la pérdida de los seres queridos puede sobrellevarse con relativa facilidad si se afronta la muerte desde una perspectiva nueva, menos centrada en su dramatismo. «Mi padre murió el año pasado a los 82 años. Como dependía tanto de su brillantez intelectual, cuando se vio limitado se desanimó», asegura el monje, para quien la muerte de quienes nos rodean debe ser aceptada como un paso más en el ciclo natural de la vida y no necesariamente como un episodio triste. «El mejor homenaje que podemos ofrecer a los que ya no están con nosotros es vivir la vida de forma constructiva, ser conscientes de que nacemos solos y morimos solos. ¿Por qué no sentir que cada ser humano es nuestro familiar, que cada casa es nuestro hogar?».

Los investigadores que han estado analizando las emociones de Ricard creen que los resultados podrían servir para paliar enfermedades como la depresión y llevar a la gente a entrenar una mente saludable de la misma forma que hoy se acude al gimnasio a mejorar la forma física. Más aún, si como sugiere Ricard, una de las claves de la satisfacción personal es el control y la supresión de instintos negativos como el odio, y si existe una forma de limitarlos, estaríamos ante la posibilidad de mejorar la condición humana y enmendar sus peores defectos.

Por supuesto son muchos los que apuntan a la inocencia y la sobredosis de utopía que supone pensar en una aldea global en la que todo el mundo perdona a los demás y nadie se enfada con nadie, un mundo basado en las buenas maneras y sentimientos, sin guerras ni luchas de poder. El monje francés responde a quienes dudan con la pregunta que mejor define su visión de la vida: «¿Acaso quieres vivir una vida en la que tu felicidad dependa de otras personas?».

Matthieu Ricard no quiere. Por eso en lugar de una casa en la playa ha elegido una vida contemplativa en el monasterio nepalí de Shechen; por eso ha regalado los millones de euros procedentes de sus libros (se han vendido millones de copias en todo el mundo y han sido traducidos a una decena de lenguas); y quizá por eso ha evitado los conflictos propios de la vida matrimonial. El «hombre más feliz del mundo» no sugiere que todo el mundo haga lo mismo para encontrar la dicha. Sólo que aprendamos que la deseada casa de la playa, los millones en el banco o esa pareja tan atractiva tampoco nos conducirán a ella. Aprender a contentarnos con lo que tenemos quizá sí.

  • Vejez: Cuando la agudeza mental y la acción disminuyen, es tiempo de experimentar y manifestar cariño, afecto, amor y comprensión.
  • Muerte: Forma parte de la vida, rebelarse es ir contra la propia naturaleza de la existencia. Sólo hay un camino: aceptarla.
  • Soledad :existe una manera de no sentirse abandonado: percibir a todos los hombres como parte de nuestra familia.
  • Alegría: Está dentro de cada uno de nosotros. Sólo hay que mirar en nuestro interior, encontrarla y transmitirla.
  • Identidad: No es la imagen que tenemos de nosotros mismos, ni la que proyectamos. Es nuestra naturaleza más profunda, ésa que nos hace ser buenos y cariñosos con quienes nos rodean.
  • Conflictos de pareja minimizarlos. Es muy difícil pelearse con alguien que no busca la confrontación.
  • Familia: Requiere el esfuerzo constante de cada uno de sus miembros, ser generoso y reducir nuestro nivel de exigencia.
  • Deterioro físico: Hay que aprender a valorarlo positivamente. Verlo como el principio de una nueva vida y no el principio del fin.
  • Relaciones sociales: Es más fácil estar de buen humor que discutir y enfadarse. Lo ideal es seguir siendo como somos y utilizar siempre que podamos la franqueza y la amabilidad.
  • Felicidad: Si la buscamos en el sitio equivocado, estaremos convencidos de que no existe cuando no la encontremos allí.

Su última obra traducida al español: «Defensa de la felicidad» (Urano).

Fuente: El Mundo